martes, 10 de agosto de 2010

Crítica “Una mirada potente hacia los trágicos setenta”

Por Silvia Sánchez Urite

“En cuanto a los que se alistaron para la Contraofensiva, “ojalá hubiese sido un grupo de psicóticos”. Hoy, para él, se trataba de otro tipo de delirio: Había una confusión de la realidad, una construcción muy forzada en el órden de lo real, a partir del imaginario común, de la ideología” (Cristina Zuker, El tren de la victoria, p. 162) “Aquí está prohibido reírse, es más y es peor. Aquí todo es malo, todo es enemigo, todo hay que mirarlo de reojo.” (Ibid, p. 172)

Violencia revolucionaria y contrarrevolucionaria en los años 70 del siglo XXI, sí XXI escuchó bien. Porque este grupo de jóvenes, estas dos parejas disfuncionales viven a 100 años de la muerte de Perón. Uno de ellos está obsesionado con el video “Sinfonía de un sentimiento”, documental sobre el peronismo. El otro oculta algo, se inquieta ante cada disparo. De las dos mujeres, una sólo quiere ser madre, y la otra sólo quiere un amor, un amor que es evanescente y se le escurre entre las manos, como la lavandina con que se bañan. Porque agua pura no hay.

No hay agua, no hay comida, las hormigas se comen todo, están en estado de indigencia en una casa de Lanas. Ya no les compran en su negocio. Y la relación entre los cuatro es intolerable. Un primo quiere matar al otro por su debilidad, las mujeres también luchan. No hay ningún lugar seguro.

Los personajes están completamente dementes, aunque al principio sólo uno de ellos lo aparenta.

Lumerman, a través de esta obra que contiene un alto grado de violencia, física y verbal, trata de buscar una metáfora para un país devastado por la guerra civil. Si esto ocurre en el futuro u ocurrió en el pasado, ya no importa. Porque de lo que se trata es de huir, y ya se sabe que de los laberintos sólo se sale por arriba.
Las actuaciones son naturalistas, aunque luego tomen por otro carril.

Lumerman, autor y director de “De cómo duermen los hermanos Moretti” y “Te encontraré ayer”, se ha jugado por una metáfora de violencia social y política. Y el resultado es convincente.
Este autor, nacido hacia principios de los ochenta, retrata una época en la que todavía no había nacido,  pero parece haber percibido su violencia residual. Y también se nota el acopio, la investigación sobre el tema.

Los personajes son cuatro: Juan (José Escobar), un adorable psicótico; Mirna (Adriana Ferrer), una perversa enamorada; Gaby (Rosario Varela), una borderline desatada y Pedro (Lisandro Penelas), un distímico fugitivo. Tienen una aparición breve pero contundente Ignacio Torres y Julieta Timossi.

Funciones: Viernes a las 23. 30 en Teatro Timbre 4- México 3554

Este espectáculo participó del Panorama Work In Progress 2009
Del CC Rojas y cuenta con el apoyo de Proteatro y fue declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de La Nación.

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